#LIMEstories – CONOCE A MÓNICA Y MARGHERITA que con sus gran experiencia trabajan en el CIES para crear caminos de inclusión para los migrantes!

25 septiembre 2020

Orientándolos y dando a los participantes en el proyecto LIME todas las armas para hacerse autónomos frente a los desafíos del mundo exterior, Mónica y Margherita trabajan con gran dedicación y competencia en la elaboración de procesos para la integración de los migrantes en el mundo laboral. Este trabajo cotidiano tiene lugar en el marco de un mayor razonamiento sobre el objetivo final del proyecto LIME y el significado de sus intervenciones.

El equipo de ALDA tuvo una amplia conversación con ellas, llena de profundas reflexiones sobre sus trabajo. Esperamos que este artículo haga justicia a la complejidad del tema.

 

¿Podrían presentar al CIES y sus roles en el proyecto LIME?

El CIES es una organización que lleva a cabo múltiples actividades en diversos ámbitos, principalmente la mediación intercultural, la cooperación internacional, la educación para la ciudadanía mundial y un centro de reunión de jóvenes. Mónica y Margherita son dos de las personas que crearon el Espacio de Entrenamiento y Orientación Laboral (SOFeL) hace cinco años. Ambas están deseosas de subrayar el sentido de haberlo llamado «Espacio» precisamente porque querían que fuera un punto para crear procesos los más amplios posible hacia la inclusión (social, cultural, laboral, etc.) de las personas migrantes y donde se pueda crecer y madurar. A ambas les gusta hablar de inclusión y no de integración para destacar la necesidad de hacer el mundo exterior más democrático y accesible para todos, a través de la creación común de reglas. La palabra «inclusión» pone de relieve este proceso bilateral que debe crearse entre los que están allí y los que llegan en el esforzo de crear un nuevo espacio realmente compartido.

Margherita, siendo experta en el mundo del trabajo y de las políticas activas, dentro de LIME se encarga de la exploración de empresas y el entrenamiento de los participantes en las fases de preparación para la inmersiónen el mundo del trabajo. Mónica, por otro lado, proveniente de una trayectoria de cooperación en países en conflicto, se ocupa de acciones de orientación específica y de mapeo de las habilidades personales tratando de traer como elemento clave la importancia de la construcción de la autonomía. Ambas trabajan con un enfoque integrado, colaborando con todos los demás tutores y partes interesadas a fin de crear vías de inclusión que tengan una imagen completa del migrante.

¿Cómo es la comunicación con los participantes en el proyecto?  ¿Cuáles fueron las principales dificultades para crear una relación con ellos y cómo se las arreglaron para superarlas?

Monica explicó cómo el peculiar contexto político italiano influyó mucho en la interacción con los participantes al inicio del proyecto LIME. De hecho, el cambio legal que han supuesto los decretos de seguridad en todos los aspectos de las políticas de migración y recepción ha creado en los migrantes mucha ansiedad y miedo y la urgencia de encontrar un trabajo lo antes posible para tener la seguridad de permanecer en el país. Sin embargo, el proyecto LIME no podía responder a esta urgencia precisamente porque preveía una larga fase de formación que sólo más tarde podría conducir a la integración externa en el mundo del trabajo. «El reto más difícil fue hacer que los participantes comprendieran la necesidad del tiempo y que encontraran un sentido en el formarse a pesar de la necesidad urgente que sentían», explicó Margherita. Además, esto debía irse acompañado de «la deconstrucción de las creencias de varios participantes de que sus fuerza de trabajo y la física eran suficientes para encontrar un empleo y hacerles comprender que el conocimiento del idioma y la calificación es importante».

Mónica también nos dijo que para crear una relación de confianza con los participantes es esencial «hacerles entender que el trabajo se hace en conjunto, no hay un «nosotros» y un «tú», el proyecto pertenece a todos y es esencial que todos compartan su significado».  Margherita también añadió que para crear confianza lo importante es «ser sincero, no dar perspectivas que no se puedan realizar, y estar ahí, incluso a través de un mensaje o una llamada telefónica». A menudo nos convertimos en puntos de referencia incluso en cuestiones que no son de nuestra competencia, pero es importante crear una relación humana».

¿Cómo fue recibido el proyecto por los participantes y cómo afectó el lockdown a su progreso y a las fases de trabajo en las que se encuentra ahora?

Es normal que muchos proyectos tengan un sistema vertical de actividades que llueven sobre los participantes. «La clave está en el proceso, en encontrar el significado de lo que estás haciendo y convertirlos en lugares de crecimiento y empoderamiento», nos dice Margherita. El ejemplo vino durante el lockdown cuando el mayor reto era no perderlos y no interrumpir el trabajo. Por consiguiente, se concibieron dos reuniones semanales de grupo sobre Zoom mediante las cuales se siguió promoviendo el conocimiento de algunos contenidos útiles en el futuro inmediato, como por ejemplo, cuáles eran las posibilidades de acceso a las intervenciones de apoyo a los ingresos. La sorpresa para Mónica y Margherita fue ver el tipo de participación de los jóvenes incluso cuando las reuniones eran de temática libre. «Lo que más me conmovió fue que algunos de ellos se hicieron cargo de su parte del proyecto y se convirtieron en facilitadores de los debates, intercambiando información importante. Cuando disminuimos el ritmo de estas reuniones recibimos muchas peticiones para continuar haciéndolas», nos confesó Margherita.

Para Mónica, sin embargo, lo más interesante de observar fue que el lockdown hizo que todos los chicos fueran mucho más proactivos en el uso de los conocimientos que les dieron para ser autónomos en la realización de ciertas actividades. «Lo que ha cambiado es precisamente la percepción de nuestra utilidad. Cuando empezaron a tomar conciencia de la utilidad de lo que hacían, empezaron a ser mucho más emprendedores». Mónica, que también sigue a los jóvenes que han emprendido el camino de la autoempresa, nos dijo que realizó entrevistas individuales con los distintos participantes para ayudarles a desarrollar una narración lo más amplia y detallada posible de sus habilidades para no condenarlos a la invisibilidad.

El trabajo de Mónica y Margherita se hace exclusivamente en italiano, esto es porque quieren ser lo más realistas posible sobre las condiciones que los participantes encontrarán en el mundo del trabajo. A pesar de ello, además del nivel real del lenguaje, siempre tratan de evaluar las posibilidades de crecimiento y el potencial comunicativo de cada uno. En este momento, ambas están llevando a cabo la exploración y el entrenamiento de las compañías. Con Covid la integración de los participantes en las prácticas se ha visto muy frenada por la crisis que han tenido que afrontar muchas empresas. A pesar de ello, Mónica y Margherita pudieron iniciar hasta 7 pasantías, lo que les permitió enviar un importante mensaje a los participantes: «a pesar de todas las dificultades, también nosotras hemos hecho nuestra parte de manera consistente para ayudarlos».

Mónica también nos dijo que, ante estas dificultades que traía el covid, era muy importante que se sintieran libres para moverse dentro del proyecto LIME con creatividad y sin estar encerrados en esquemas rígidos, lo que les permitió adaptar los caminos de inserción en el mundo laboral también a las pasiones de los participantes y no sólo a la necesidad de trabajo inmediato.

¿Están satisfechas con la primera parte del proyecto? ¿Qué podrían sugerir a los otros socios de la LIME para mejorarlo?

Ante los numerosos momentos complicados, especialmente en la comunicación con el público objetivo del proyecto, Margherita nos cuenta que su mayor satisfacción fue el hecho de haber formado equipo con sus colegas y haber recibido unos feedback sobre la eficacia de su trabajo, de la que a veces no tiene percepción.

Ambos reflexionaron sobre el hecho de que el proyecto LIME es pionero porque tiene un enfoque no sólo de las actividades sino de la «gobernanza» de un proceso más amplio. «Lo interesante es la superación del concepto de red formal, pero la labor encaminada a la creación de un enfoque común y estructural de la cuestión del trabajo migratorio. Esto es lo que debería ser más valorado que del proyecto LIME: su capacidad para sentar las bases de este nuevo sistema», nos dijeron.

Mónica y Margherita hablaron entonces de cómo a veces su trabajo sobre el terreno corre el riesgo de permanecer un poco separado del resto del proyecto y, más allá de los momentos de confrontación de los capacity building workshops, les gustaría que hubiera también momentos de confrontación entre las personas, de los diversos asociados, que trabajan sobre el terreno, sólo para poder evaluar juntos la eficacia de sus acciones.

 

Agradecemos sinceramente a Mónica y Margherita por compartir con nosotros reflexiones que sin duda ayudarán a madurar el proyecto.

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